Capítulo doce.

Bajo a la cocina y me preparo un sandwich de pavo mientras veo la televisión con Héctor.

-Recuerda que tienes trabajo que hacer-Me dice, después de darle un sorbo a su Coronita.

-Lo sé.

-Tienes que andarte con cuidado Ale. Últimamente no vas mucho por el almacén y eso está dando que hablar.

-Últimamente no he tenido tiempo-Le digo seria. Mastico el último trozo de sandwich que me quedaba y me subo a mi cuarto de nuevo.

Rebusco en el bolsillo trasero de mi pantalón el trozo de papel que Frank me dio ayer y repaso los detalles. En Bradford, a partir de la medianoche. Tengo tiempo de sobra para hacer el trabajo con Bieber, venir aquí e irme a Bradford. Aún que tendré que salir de aquí a las 22:00 por lo menos, ya que está un poco lejos, pienso. Mi estómago se revuelve, y me pide a gritos que livere el peso que lleva dentro. Voy al baño y me arrodillo ante el váter mientras me acaricio suavemente la barriga.
-Todo pasará...- Vomito, y cuando me levanto y me miro al espejo, veo que una lágrima recorre mi mejilla y que tengo los ojos acuosos. No, ahora no, Ale. Sorbo por la nariz y respiro hondo, sé fuerte Ale. Me sonrío a mí misma, frente al espejo y se me ocurre que esta tarde antes del intercambio puedo jugar un ratito con Bieber. Profundizo más mi mirada, haciendo más gruesa mi raya del ojo, y por último, me pongo en los labios un rojo brillante. Aprieto los labrios, me echo algo de perfume y ya estoy lista.

-Luego vuelvo, tengo que hacer un trabajo para el instituto-Le digo a Héctor.

-Bien, no te retrases mucho. Sabes que tienes trabajo-Suelto un bufido cuando cierro la puerta de casa. Lo sé, joder, no hace falta que me lo recuerden las 24 horas del día. Cuando estoy al frente de la casa de Justin, una ola de calor sube a mis mejillas¿Qué?Yo nunca me ruborizo. Niego con la cabeza y llamo a la puerta.

-Hola Señora, soy Alejandra-Le digo a la mujer que me ha abierto la puerta.

-Oh claro, pasa-Me hace un hueco para que pueda pasar y me abraza, hago una mueca, no estoy acostumbrada a tanto contacto físico-Llámame Pattie, por favor.

-Vale-Le digo, es bastante guapa. Morena, con el pelo muy largo ondulado, y más o menos de mi estatura. Con unos ojos tremendamente bonitos y una sonrisa que iluminaria el más oscuro dia de lluvia.

-Ven-Me conduce por unas escaleras hasta una habitación, toca un par de veces en la puerta y entramos. Dentro, un Justin sin camiseta y con el pelo empapado y despeinado. Me muerdo el labio inferior y él me sonríe-Justin hijo, tápate-Le dice Pattie algo nerviosa.
-Lo siento-Dice cogiendo una toalla que hay tirada en su cama.
 -Ya está aquí Alejandra-Me da un pequeño empujón para que entre en la habitación y le miro, me ruborizo y agacho la cabeza.

-Vale, gracias mamá-Le dice él secándose el pelo con la toalla. Esto no puede ser más embarazoso, y para colomo un silencio un tanto incómodo. Me atrevo a levantar un poco la vista hacia Justin, lleva un pantalon gris de chándal bastante abombado y nada más. Oh dios, por encima de estos le sobresale la cinturilla de sus calzoncillos morados, con una raya blanca ancha al borde. No puedo evitar mirarle y ponerme más roja aún si eso se puede, él suelta una risita.

-¿Queréis algo antes de que me vaya?-Yo niego y Justin enarca una ceja-Te dije que iba a acompañar a tus abuelos al médico a recoger unas medicinas y así vosotros podéis...-Sonríe-Hacer el trabajo-Justin asiente-Hasta luego chicos.
-Adiós-Digo con un hilo de voz. Vuelvo a mirar a Justin que sigue sin camiseta.
-Ponte una camiseta-Le digo seria. Él carcajea-Lo digo en serio.
-Vale vale...-Dice cogiendo una de su armario y poniéndosela. Es de tirantes negra y con espalda nadador, dios. Lo prefería sin camiseta-¿Empezamos?
-Sí-Le digo con una sonrisa. Me conduce a la planta de abajo hasta el salón, y en una mesa dejamos todo el material que necesitamos para el trabajo.
-¿Quieres algo de beber?-Me dice mientras va a la cocina.
-¿Una cerveza?-Le digo. En unos momentos vuelve con dos cervezas en la mano, me da una y sonríe.
-¿Coronita?-Le digo alzando una ceja, Bieber se encoge de hombros.
-Me gusta-Dice.
-Es Mexicana...-Susurro.
-Me gustan las cosas mexicanas-Dice. Curvo mis labios y él sabe que he captado perfectamente la bomba de indirectas que acaba de lanzarme.
-No me seduzcas Bieber, no lo vas a conseguir-Le digo dándole un sorbo a mi cerveza, está heladamente deliciosa.
-Ya lo he echo esta mañana¿No?-Me mira orgulloso y yo niego con la cabeza.
-Vamos a empezar el trabajo-Le digo abriendo mi cuaderno.

Nos tiramos un buen rato en silencio, cada uno con su parte del trabajo que nos hemos repartido. Estoy completamente saturada de biología y decido hacer algo divertido. Empiezo a mover la pierna por debajo de la mesa hasta tocar la de Bieber y acariciarla suavemente con la mía, subiendo y bajando. Él se sorprende y levanta la cabeza de su cuderno, yo le miro divertida.
-Para, me estás distrayendo-Dice con una voz jodidamente sensual.
-¿Ah sí?Entonces conseguí lo que me proponía-Me paso la lengua por el labio inferior y me acerco más a él-¿Lo dejamos ya?-Le digo refiriéndome a la biología, él asiente y muerde su labio.
-¿Qué quieres que hagamos?-Dice muy cerca de mí.
-¿Es una indirecta?-Le pregunto coqueta.
-¿Quieres que lo sea?-Deja la pregunta en el aire y yo me ruborizo¿Qué coño estás haciendo Ale?-Quiero saber más de ti-Trago saliva.
-No-Le digo seria.
-¿Por qué?-Me dice fingiendo un puchero.
-Porque...-Piensa-No quieras saberlo. Te he dicho que no y es que no.
-Eh, no vuelvas a ser la Ale que conocí a principios de curso-Le miro con el ceño fruncido. Soy la misma, quiero seguir siéndolo-Por favor-Me ruega. Me encojo de hombros y curvo mis labios regalándole una pequela sonrisa-Tengo una idea. Yo te hago una pregunta y tu me haces otra.
-¿Y si no quiero contestarla?-Le digo cínica. Podría estar bien, así sabría algo sobre el padre de Justin, al que, por cierto, no he visto por aquí todavía.
-Pagas prenda-Siento como sus ojos se van oscureciendo y yo sonrío pícara.
-Está bien. Empiezo yo-Asiente-¿Qué haces aquí?
-Vivía aquí. Cuando era pequeño me mudé a España y he vuelto porque mis abuelos ya no se valen por sí mismos y necesitan nuestra ayuda-Me sonríe-Me toca-Elevo una ceja-¿Quién es el hombre con el que vives?-Un miembro de una banda ilegal de la que yo formo parte.
-Héctor es... mi padre de acogida, por decirlo así-Él frunce el ceño, no lo entiende-Mis padres-Suspiro-Me abandonaron. Y he estado de casa en casa y bueno, ahora estoy con él-Le digo ocultando lo que conlleva vivir con él. Llevarme palizas cuando está borracho, entre otras cosas.
-Vale-Dice.
-¿Te pone Anna?-Le pregunto sin rodeos. Él suelta una carcajada, pero en vez de contestar, se quita la camiseta y me mira pícaro.
-Quiero darle un poco de diversión al juego-Se escusa.
-¿Eso es un sí?-Le pregunto arqueando una ceja.
-Si fuese tu turno contaría como pregunta-Me dice con voz ronca. Muerdo mi labio inferior¿Dónde va a acabar esto?-¿Te has tirado a Chris?
-¿Quieres de verdad gastar así tu pregunta?-Asiente y en vez de contestarle me quito la camiseta, quedándome en sujetador. Él se queda completamente sorprendido, se muerde el labio y se acerca un poco a mí-¿Tu padre vive con vosotros?
-No-Se tensa completamente-Mi turno-Dice y le vuelve a cambiar la cara-¿Ryan y tú habéis estado... ya sabes, saliendo?-Carcajeo.
-No, él y yo somos amigos, muy amigos-Le digo-¿Has besado a Anna alguna vez?-Él sonríe y se quita los pantalones¿Por qué todo lo que quiero saber de verdad no me lo dice? Está tan sexy en calzoncillos... estoy totalmente excitada, y la oscuridad de los ojos de Justin me revelan que él también lo está. Podría acabar la distancia que hay entre nosotros dos y mandar todo a la mierda, hacerlo con él es lo que más quiero en este momento.
-¿Por qué llevas esa bandana en el pelo siempre?-Pregunta cauteloso, sabe que no debería preguntar eso.
-Accesorios de chicas-Le digo, encogiéndome de hombros.
-Por eso tus amigos también la llevan...
-Justin, para...-Le digo casi rogando, no quiero que esto termine y si empieza a preguntarme esas cosas esto se acabó.
-Vale...-Sonrío-¿Sabes?Yo también sé jugar-Me dice en mi oido y noto que me contraigo por dentro cuando su boca roza mi cuello. Suelto un pequeño gemido que le hace reír. De repente se detiene y me mira muy atento-¿Quién te hizó esos moratones?-Dice mirando a mi cuerpo, mierda. Con todo este juego se me olvidó que todavía tengo algunas marcas de la paliza que me dio Chris. Trago saliva.
-Chris...-Suspiro-Ya sabes el resto-Le digo. Niego con la cabeza y miro el reloj, las 21:30¡JODER!-El juego ha terminado-Le digo levantándome y cogiendo la camiseta. Él suelta un bufido y río. Me coge por detrás y me agarra la cintura, todavía desnuda. Me giro y está cerca, muy cerca de mi cara.
-¿Qué...?-Le digo.
-Chis-Sella mis labios con su dedo índice. Cuando sonrío deja caer su dedo índice por mi barbilla, recorriendo poco a poco cada centímetro de mi piel. Se desvía hasta el cuello y me lo acaricia suavemente, suelto un gemido y él ríe entre dientes. Rodea la copa de mi sujetador de encaje negro y sigue bajando. Se centra especialmente en uno de los moratones que tengo, haciéndo círculos sobre él. Lo tengo en mis costillas y es el que más me duele. Cierro los ojos, cuando noto una punzada de dolor. Y lo peor es que no sé si ha venido por el echo de que me ha tocado el moratón o por lo que ocurre dentro de mí cuando me toca.
-Lo siento...-Dice en un susurro, yo le sonrío-Yo podría...
-No Justin-Le digo quitándole la mano suavemente-Para por favor, no hagas esto.
-Sal conmigo a cenar-Me dice acercándome la camiseta para que me la ponga.
-No puedo. Hoy no-Me pongo la camiseta y le doy un beso en la mejilla-Si le cuentas a alguien lo que ha pasado hoy aquí te corto los huevos¿entendiste?-Le digo divertida al oido.
-Entendido-Me giro para recoger mis cuadernos pero él me agarra del brazo-Siempre y cuando volvamos a hacer lo que sea que acabamos de hacer-Al fin asiento¿Qué está haciendo este chico conmigo?Yo no soy así. Recojo mis cosas y me voy lo más rápido que puedo de su casa, antes de que no me pueda controlar y quiera quedarme allí durante toda la noche con él...¿Qué?¡NO! Niego con la cabeza. Cuando estoy con él soy tan... vulnerable. No, tonta, eres tú misma-me grita mi subconsciente. Voy corriendo a casa. Para mi suerte, Héctor no está. Corro a mi habitación y miro la hora, las 22:00. Mierda, mierda. Abro el segundo cajón de mi armario, al fondo. Cojo mi Glock y la deslizo por la cinturilla de atrás de mis pantalones. Ya estoy lista.
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Ya estoy aquí de nuevo! (: Como tengo tiempo porque estamos de vacaciones y tal, os estoy subiendo más subido y tal. Espero que os guste mucho este capítulo, ya que ami me parece una mierda, pero bueno.... me encantan vuestros comentarios gracias :'') FELIZ NAVIDAD.

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