lunes, 27 de mayo de 2013

Capítulo veintinueve.

[Leer la primera parte del capítulo con esta Canción]

Estoy aquí Justin, no me he ido a ningún sitio, sigo aquí contigo. Ojala pudiera mover algún músculo de mi entumecido cuerpo para hacerte saber que no me has perdido, ni lo harás nunca. ¿Quieres saber en lo último que pensé cuando vi todo negro? Pensé en ti, en tu sonrisa. Intento abrir los ojos para poder seguir adelante, está vez quiero hacerlo, pero mis párpados son tan pesados que juraría que tengo algo encima de ellos. Hace frío, me siento desprotegida, como si estuviera desnuda ante todo, ante la vida. Pero de alguna forma, al escuchar tu voz, me sentí algo más resguardada, segura. Noto mis labios secos, necesitan que los moje, que los beses. "Justin" consigo decir en un susurro.

-¿Ale?-Sí, soy yo, estoy aquí. Vamos. Consigo abrir los ojos finalmente, pero la luz me molesta demasiado y vuelvo a cerrarlos con fuerza, para después, dejarlos abiertos por fin. Oh Justin, no sabes cuánto añoraba ver tu cara.
-¿Cómo te encuentras?-Ryan, mi mejor amigo. Tu tono de voz es preocupado pero estoy bien, tranquilo.
-Bien...-Se me quiebra la voz. La habitación no para de dar vueltas y empiezo a ver todo borroso.


...


Una mano acaricia mi mejilla suavemente, reconozco su tacto, es él. Abro los ojos lentamente y le veo alzar las comisuras de sus labios, en ellos se forma una dulce sonrisa.

-Hola.
-Hola.-Le susurro y sonrío. Me siento bien, si dejo de lado el terrible dolor de cabeza.
-¿Cómo estás?
-Mejor-Digo mientras me intento incorporar. Miro hacia mi alrededor y estamos en el almacén, solos Justin y yo-¿Dónde está todo el mundo?
-Han querido irse hasta que te despiertes y estés bien, no querían agobiarte-Dice con una sonrisa. Asiento-Ale yo...-Justin suspira-siento mucho como me porté-
-Justin-Le corto-Está todo bien, de verdad-Le digo dándole un beso en la mejilla.
-No está bien, me porté como un capullo, lo siento-Él agacha la cabeza y un vacío se instala dentro de mí.
-Eh-Le digo, levantándole la cabeza-Te quiero. Y quiero que estemos juntos, no me importa una mierda lo que digan o lo que pase, quiero estar contigo.
-No esperaba esto-Dice con una sonrisa pícara-Pero yo también te quiero Ale, no sabes cómo he estado estos últimos días, pensando en que tú podrías...-
-No lo digas-Le pongo mi dedo índice en sus labios-Estoy aquí, para siempre.

Sentí como una lágrima escapaba de mis ojos, últimamente no me estaba controlando, me sentía vulnerable y lo expresaba. Antes no dejaba ver esta parte de mí, aún que supongo que este idiota ha puesto mi mundo patas arriba. Decidí algo, decidí contarle la verdad. La verdad de por qué no pude matar a ese hijo de puta. Empecé por contarle mi manera de hacer que los problemas desaparecieran, y para cuando había terminado, la cara de Justin estaba desencajada, espero que lo entiendas.

-Justin-Le llamo, ya que lleva unos minutos sin hablar, sin mirarme.
-Me siento tan idiota ahora mismo...-Creí verle quitarse una lágrima de sus ojos-Provoqué que te cortaras, por mi culpa.
-No fue tu culpa, es mi manera de olvidar las cosas.
-Pero es absurda-Me dijo mirándome a los ojos-Prométeme que no vas a volver a hacerlo, nunca más Ale.
-Lo prometo-Mis ojos se cristalizaron, esta era una promesa demasiado seria para mí, pero la cumpliría por él. No sé en qué momento he aceptado que no puedo mantenerme alejada de Justin, le necesitaba tanto.
-Que le den a todo, yo quiero estar contigo-Selló sus palabras con un dulce beso en mis labios.

Narrador.

Algo diferente había empezado entre Justin y Ale, ya no eran una pareja en secreto, sino que todo el mundo sabía sobre ellos dos. A algunos les gustaba, a otros no, y otros pensaban que era una verdadera locura. No todo era tan malo como Ale pensaba que sería, ya que Frank decidió aceptar que ella estuviera con Justin, con la condición de que no le retrasará en sus trabajos. El hecho de que Jeremy Bieber fuera el padre de Justin, siguió siendo su pequeño secreto, eso sería demasiado. Llegó el verano y con esto, más tiempo libre, más tiempo para estar juntos. Se pasaban los días juntos, y las noches. De repente, sin saber cómo, ninguno de ellos podía separarse del otro demasiado tiempo, se extrañaban demasiado. Aún que la idea de que Ale siguiese en una banda a Justin le repateaba, no podían hacer otra cosa, y él se conformaba con tenerla, pero a veces, cuando ella iba a hacer sus "trabajos" él se preocupaba, no podía protegerla en esos momentos, no podía proteger a su novia.


Alejandra.

Caluroso día hoy aquí. Necesitaba desesperadamente que Justin llegará ya o me moriría de calor. Habíamos quedado aquí hace unos minutos y todavía no estaba aquí, esto va a tener que recompensármelo. Me apoyo en la barandilla que separa la carretera mientras admiro el paisaje, un extenso prado, plagado de flores, cada una con un color diferente. Desprendían un olor tan agradable que podía embriagarte. Unas cálidas manos rodearon mi cintura, no necesitaba mirarle para saber quién era. Una pequeña sonrisa se posaba sobre mis labios. Hemos pasado las últimas noches juntos, y esta noche le añoré. Descubrir que puedes dormir con un chico abrazados hasta el amanecer y escuchar su ronca voz por la mañana, ver su despeinado y sexy pelo, y observarlo mientras duerme, era algo que no solía hacer con los chicos, él era la excepción, él era quien me había enseñado a ir más despacio en la vida. Cuando se dio cuenta de que no me daba la vuelta, empezó a darme suaves besos por mi cuello, él sabía que estaba algo molesta porque él había llegado tarde, realmente estaba fingiendo.

-Llegas tarde-Le susurré.
-Mmm lo siento nena, mi madre me entretuvo-Dijo contra mi cuello. Al ver que no obtenía respuesta alguna, Justin me dio la vuelta y su cara estaba a escasos centímetros de la mía-¿Me perdonas?
-Pues-Quería decirle que no, pero cuando él se humedeció los labios con su lengua, perdí-Está bien-Le di un pequeño beso en los labios.
-Feliz aniversario, pequeña.-Susurró en mi oído. Por mi columna bajaban miles de descargas eléctricas, quería que esto durase para siempre.
Le miré a los ojos directamente-Te quiero-Justin elevó las comisuras de sus labios y me besó. Yo enrollé mis brazos alrededor de su cuello, acariciando su pelo.



-¿Dónde vamos?
-Ya lo verás, es una sorpresa-Me dijo sin quitar la vista de la carretera.
-¿Está cerca?
-Espera y lo sabrás.
-¿Vamos a comer allí?-Pregunté curiosa. Él sonrío.
-Eres una impaciente ¿Sabías eso? Te va a gustar, sólo espera-Solté un bufido y crucé mis brazos a la altura de mi pecho a la vez que me acomodaba en el asiento del coche de Justin-Vamos nena, no vas a enfadarte por eso-Vi como su mano se posaba en mi rodilla, acariciándola. Su mano empezó a subir suavemente por mi pierna, hasta llegar arriba ¿Qué intentaba? Cuando rozó mi entrepierna, no pude evitar abrir la boca y soltar un pequeño gruñido.
-Justin...-Jadeé.
-¿Sí?-Dijo alzando las cejas, con un gesto divertido.
-Deja de hacer eso-Le dije intentando poner un tono convincente.
-¿El qué?-Se hizo el indiferente, pero su sonrisa le delataba completamente.
-Ya sabes el qué, esto no quedará así-Me mordí el labio y Justin se puso serio, sé que no puede verme mordiéndome el labio sin que le afecte. Volvió la vista a la carretera y sonreí para mis adentros, triunfalmente, le había controlado.


...

-Ya puedes abrir los ojos-Dijo Justin detrás de mí.


Para saber que has leído el capítulo, ¿Puedes darle RT Aquí, por favor?

Vale, lo siento, lo siento muchísimo por no haber subido antes. EXÁMENES FINALES. Esas dos palabras están fastidiando constantemente. Pero ya sólo quedan 3 semanas para que me dedique solo a escribir ¡sí! ser pacientes estas semanas que quedan por favor :) No significa que no vaya a subir en 3 semanas, pero no puedo subir seguido, ¡cosa que haré en verano! Ah y muchísimas gracias por los comentarios, no sabéis lo mucho que alegran <3




miércoles, 15 de mayo de 2013

Capítulo veintiocho.

Justin.

Oigo unos golpes procedentes de la puerta de mi habitación que hacen que me despierte de golpe. Voy hacía la puerta y en ella, está mi madre.

-¿Mm?-Le digo rascándome la nuca, algo adormilado.
-Hay un chico aquí que quiere verte. Se llama Ryan, dice que es importante-Cuando oí su nombre, dí un respingo y asentí varias veces. Él nunca venía aquí, podría haber pasado algo. O solo quiere visitarme, o controlarme y saber qué ha pasado.

-Hey Ryan-Le saludo de espaldas mientras recojo un poco mi habitación, sé que está detrás de mí porque he escuchado cerrar la puerta. Cuando me giro, su cara parece un poema. Está pálido completamente, su mandíbula está desencajada y sus ojos están acuosos-¿Qué...?
-Ale-Dice con la voz quebrada. Veo como su cuerpo se tensa y aprieta sus nudillos, que están totalmente rasgados y en carne viva. Mi corazón acelera, casi se me sale del pecho.
-¿Qué ha pasado?-Le digo acercándome a él.
-Ella...-Ryan agacha la cabeza.
-¿ELLA QUÉ, RYAN?-Le grito, exasperado.
-La han disparado-Dice tan bajo, que apenas le escucho, pero es lo suficiente como para hacer que mis piernas empiecen a temblar y mis ojos empiecen a cristalizarse.
-¿Está-Se me apaga la voz, no puedo estar preguntando esto-muerta?
-No, pero está grave-Dice en un suspiro-Está en el almacén.
-Voy a verla-Digo buscando mi chaqueta por mi cuarto, intentando reprimir mis lágrimas, que amenazan por salir en cualquier momento.
-Justin-Ryan me agarra el brazo-Quizás no deberías-
-¡Me importa una mierda!-Le espeto, una lágrima resbala por mi mejilla-Necesito verla Ryan. Por favor-Le ruego, abatido.
-Te llevaré, vamos-Dice al cabo de unos segundos. Yo intento sonreírle, a modo de agradecimiento, pero lo único que me sale es una mueca algo rara.

Bajamos lo más rápido posible y vamos hacía la cocina, donde está mi madre.

-Oh hijo ¿Estás bien?-Dice mi madre al ver mis ojos hinchados y rojos. Automáticamente me abrazo a ella y empiezo a llorar en su hombro. Por supuesto, ella no sabe nada sobre Ale, pero aún sin saber, me abraza contra ella fuertemente y acaricia mi espalda-Todo estará bien, cariño.
-¿De verdad?-Le digo limpiándome las lágrimas, separándome un poco de ella.
-Claro que sí, cielo-Veo la preocupación en sus ojos, ella no es tonta, y sabe perfectamente que es una chica lo que me ronda el problema. Probablemente ella crea que nos hayamos enfadado por alguna tontería, que también, pero lo que no sabe es que ella está herida ahora mismo.
-Te quiero mamá-Le digo dándole un beso en la mejilla. Ella me sonríe, dándome fuerzas, y me limpia otra lágrima que caía sobre mi mejilla. 
-Adiós señora Mallete-Le dice Ryan, ella le sonríe y nosotros nos vamos.

Ryan y yo avanzamos rápido hacia su coche, y antes de que pueda cerrar la puerta, él ya ha arrancado. Conduce veloz por las calles, con una cara de preocupación notable. Supongo que mi cara será peor ahora mismo. No puedo creerlo, si a ella le pasará algo... No quería pensar en eso, no ahora. Pero mis pensamientos me atormentaban con la dura idea de que si la perdía, ella nunca sabría que la quiero con locura, que no importa que no me haya contado esa mierda de mi padre, porque ahora sé que me estaba protegiendo de esto, de su vida.

-¿Estás bien?-Susurra Ryan a mi lado.
-Sí-Trago saliva-¿Queda mucho?
-No, estamos a un par de manzanas-Asiento y me paso las manos por el pelo, nervioso-Justin.
-¿Mm?-Le miro.
-Después de entrar a nuestro almacén no habrá vuelta atrás. Lo sabes, ¿verdad?-No podía pararme a pensar eso ahora mismo, sólo quería ver a Ale, estar con ella, protegerla y hacerla feliz.
-Lo sé-Le contesto distraído. Ryan hace una mueca y una pequeña sonrisa tira de sus labios, pero cuando le miro a los ojos, una lágrima tímida sale de su ojo. Le pongo una mano sobre el hombro-Ryan tranquilo, ella estará bien-Le consuelo. Esto es demasiado irónico, ni siquiera creo en lo que acabo de decir.
-No puedo perderla, Justin-Dice con un hilo de voz.

Hace un giro que no esperaba y ya no estamos en la carretera. Las ruedas del coche pisan la arena y la gravilla hace que el coche vaya a trompicones por este. A unos metros veo un pequeño almacén grisáceo, con una puerta metálica. Parece un taller de reparación de coches abandonado más que un almacén donde unos tipos esconden sus armas y lo que sea que hagan. Ryan aparca el coche justo a un lado, junto con unos cuantos más. Noto que mis piernas empiezan a temblar cuando salgo del coche, esto es demasiado para mí. Todos los recuerdos invaden mi mente, mi padre me traía aquí de pequeño, puedo recordarlo perfectamente. Era aquí. Y ahora estoy entrando de nuevo, en este mundo, por otra persona a la que quiero. Antes, mi padre me llevaba con él y era demasiado niño para entender lo que estaba pasando, me estaba preparando para ser como él, ahora lo sé. Sacudo mi cabeza, no quiero ser como él, no quiero acabar como él. Sólo quiero recuperar a Ale y que esté bien, quiero protegerla para siempre, pero ahora no estoy muy seguro de si seré capaz.

-¿Estás listo?-Me pregunta Ryan desde el otro lado del coche.
-Por supuesto, vamos.-Le digo inspirando, llenando mi pecho de aire para intentar no derrumbarme ahí dentro.

Dos cosas había claras. Si entraba en este lugar esos tíos querrían matarme ¿Tan serio era este tema? Claro que lo era, es como invadir la casa de una persona. Mi padre me lo explicaba continuamente. Eso, y que la lealtad lo era todo para un pandillero ¿Esa era la razón por la que Ale no salía de todo esto? De una forma u otra, sentía el miedo dentro de mí, por Ale, por miedo a que me reconozcan realmente. No, no lo harían, era demasiado joven para que ellos lo hicieran. Crecí, me he cortado el pelo, y ya no soy el mismo. ¿Debería usar un nombre falso, tal vez? Cálmate Justin, no van a preguntarte tu nombre cuando te pateen el culo tan fuerte que llegaras a tu casa de una tirada.
Ryan abre la puerta de el almacén y me mira un segundo y sonríe, tranquilizándome.

-No te quedes estudiándolos como si fueran extraterrestres porque eso les molestará. Eres tú el que está invadiendo su sitio, no olvides eso.-Dice poniéndose unas gafas de sol cuadradas oscuras. Lo ha dicho como consejo, pero a mí me suena amenazante. Asiento y Ryan me guía por un oscuro pasillo iluminado con unos cuantos fluorescentes. Puedo notar lo nervioso que esta en la manera en la que anda, no creo que traerme aquí sea bueno para él tampoco. El pasillo nos conduce a una gran habitación de paredes blancas llenas de agujeros, manchones y algunas salpicaduras de un líquido rojo, sangre. Trago saliva, ahora estoy asustado. Al fondo de la habitación veo a Ale tumbada en uno de los sofás que hay, con algunas personas alrededor. No puedo evitarlo y corro hacía ella, poniéndome a la altura de el sofá. Oh mierda, sus ojos están cerrados y está pálida. Tiene un paño húmedo en la cabeza y algunas magulladuras en el cuerpo.

-¿Quién coño es este, Ryan?-Oigo.
-¿Qué mierdas hace aquí este idiota?-Oigo una voz más familiar. Christian.
-Bueno él...-Me giro hacia Ryan que ahora está detrás de mí intentando dar alguna excusa creíble de por qué me ha traído aquí.
-Yo le obligué-Solté, seguro de mí mismo-Ale y yo somos amigos, mejores amigos-Aclaro. Un hombre con barba, situado al lado de Ale, me estudia detenidamente, frunciendo el ceño. Me recuerda a mi padre, parece tener la misma edad que él, y sus oscuros ojos desprenden tanta rabia que, si no fuera por ella, me hubiera arrepentido de haber venido. El tipo clava la mirada en Ryan ahora, este se encoge de hombros, sin saber qué decir.
-Lo siento, Ale aprecia mucho a este tipo, él se preocupa por ella-Me mira-Es de fiar Frank, no dirá nada. Ya me he ocupado de eso-Termina. El hombre al que se ha dirigido como Frank, asiente y me desinflo de aire fuertemente, no me había dado cuenta de que había estado manteniéndolo el tiempo en el que Ryan había estado hablando.
-Está bien. Pero,-Me mira y su dedo se clava en mi pecho-Si dices algo de esto o de dónde estamos, te mataré yo mismo-Ni siquiera puedo hablar ahora, es cómo si me hubiera dejado mudo. Sólo asiento. Los demás que estaban en la sala se van, dejándonos a Frank, Ryan, Christian y a mí solos con Ale inconsciente. No sabía que pintaba Chris en todo esto, ya no formaba parte de la vida de Ale, o eso creía. De todas formas, él ha querido quedarse.

-¿Cómo esta?-Le pregunto a Frank. Ya me importa una mierda lo que me haga, necesito recuperar a Ale, escucharla hablar, escucharla reír como solíamos hacerlo juntos.
-Le hemos conseguido sacar la bala hace una media hora. Parece estar bien, pero es difícil saberlo sin un equipo médico ¿Sabes?-Contesta con su voz dura y ronca que hace que me contraiga por dentro. Sopeso la posibilidad de ofrecerme para llevarla al hospital, pero es un disparate, ya que tenía una bala dentro de ella y los médicos harían preguntas, supongo.
-¿Va a despertar?-Pregunto. Christian ríe ingenuamente.
-¿Te crees que somos médicos o algo así? Para de hacer preguntas tontas o te irás de aquí tan rápido como pestañees-Apreté mis puños. Pero estaba aquí, en su territorio, tenía que calmarme si quería seguir viviendo.
-Relájate Chris-Le dijo en un tono severo Ryan. Este le miró con furia pero no hizo nada más. Vaya.-¿Qué pasó con el hijo de puta que la disparó?
-Pudriéndose en el río, le pegué un tiro en toda su brillante frente-Contestó Chris, simulando una pistola en sus manos y haciendo que disparaba-Justo después de que él la disparase. No entiendo como pudo pasar. Ella le tenía a tiro y vi como caía al suelo mientras sus pantalones se llenaban de sangre. Luego escuché el disparó de Scott hacía ella.

Un escalofrío recorrió mi espalda, me intimidaba esto. No podía entender cómo chicos de mi edad podían hablar de matar a gente como si de matar moscas se trataba, aún me costaba encajar eso. ¿Ale hablaría de esa manera también sobre matar a personas? Oh, nadie sabe como yo sobre ella. Nadie sabe que tiene trastornos alimenticios, que se odia así misma, que no necesitaba una excusa realmente buena para cortarse. Porque nadie la conocía como yo, nadie la observaba cada día por la ventana como yo lo hacía. Despertaba antes sólo para observarla dormir y verla cuando se levantaba, me acostaba tarde para verla pasarse la noche pensando hasta que se ponía de lado y se quedaba dormida. Mierda, ni siquiera ella sabía que yo sabía sobre todas esas cosas. La miro, tan frágil, tan vulnerable en este momento. Le paso la mano por la mejilla, y la acaricio suavemente mientras los demás hablan entre ellos. Ni siquiera les estoy prestando atención ahora mismo, sólo está ella. Su piel está más fría que el hielo y mi cuerpo se tensa, cierro los ojos conteniendo las lágrimas, quiero que vuelvas pequeña, hazlo por mí.

Para saber que has leído el capítulo, ¿Puedes darle RT Aquí , por favor?

SE ME CAE LA CARA DE VERGÜENZA. Lo siento muchísimo por no haber subido antes, pero la inspiración decidió tomarse unas vacaciones así, porque sí y no sabía ni que escribir. Sé que no es excusa, pero es lo único que puedo decir, LO SIENTO.

Buenooooooooooo dejando eso de lado, aquí está un nuevo capítulo de No hay vuelta atrás, espero que os guste, y el siguiente capítulo será más interesante aún e.e ¡ah! Este capítulo va dedicado a @MrsInvisible que es ASDFGHJKLÑ Y me ha estado todos los días preguntando por el capítulo. I LOF YU <3

GRACIAS POR SEGUIR AHÍ.