viernes, 11 de octubre de 2013

"I love you, Caitlin." Relato.

Bajé los escalones de dos en dos y salí pegando un portazo. Quería salir de ahí, necesitaba respirar aire fresco y relajarme. Me acerco a la valla que separa el pequeño lago de los edificios y me apoyo sobre ella con la mirada perdida en el lago. ¿Y sí todo esto no valdría la pena? Yo no necesito un disco, ni muchísimo dinero, yo estoy bien así. Aún que todo este mundo no estaba tan mal, renunciaría a él si tenía que continuar sin ella, no la abandonaría. Porque ella importa más que esto, para mí ella significa el eje en el que mi mundo gira. Ella me sostiene cada vez que intento caer. Apoyo los codos en la valla y agacho la cabeza metiéndola entre mis brazos, suspirando, aguantándome las lágrimas que amenazaban con salir. ¿Quién dijo que los hombres no lloraban? El ruido de unas pisadas se oía cada vez más cerca de mí. No necesitaba mirar para saber quien era. Se apoya en la valla a mi lado mientras el aire frío empezaba a avisar que el otoño estaba muy cerca. Con ese aire vino un olor a vainilla y flores que me confirmó de quien se trataba.

-Justin-Juro que su voz logró aminorar el ritmo de mi corazón, que latía con demasiada fuerza -¿Estás bien?
¿Sabes cuando tienes unas ganas de llorar enormes, pero respiras hondo y te aguantas hasta que te hacen justo esa pregunta y te derrubmbas? Pues no pude más. Intenté agachar la cabeza y que mi gorra tapara mi cara, pero ella sabía que yo ya estaba llorando.
-No quiero volver ahí dentro-Susurré más para mí mismo-Esto no entraba dentro del contrato.
-Justin, tú elejiste esto. Ahora es parte de ti y necesitas entrar ahí y seguir adelante con el contrato que firmaste.
-¡No!-Espeté, ésta vez la miré directamente a los ojos y vi cómo sus ojos estaban acuosos y rojos, estaba a punto de explotar y no podía permitir eso-Cait yo...
-¿Crees que es fácil para mí?-Intenté cogerle las manos y ella las apartó-Contesta-Sorbió por la nariz.
-No, pero-
-Exactamente-Me cortó-No puedo entrometerme aquí, Justin. Tienes que seguir sin mí y labrarte un futuro, es tu vida la que está en juego.
-Te quiero y no pienso dejarte tirada-Tragué saliva asimilando lo que había dicho. Agaché la cabeza notando como otra lágrima caía lentamente por mi mejilla. Oí que ella sollozaba. No no, por favor.
-Muy bien-Hizo una pausa-Si no me dejas tú lo haré yo-Levanté la cabeza mirándola mientras arqueaba una ceja.
-¿Qué mierda estás diciendo, Cait?
-Justin es tu futuro, tu vida. No lo desperdicies por mí, por favor. No lo hagas más difícil. Vuelve ahí dentro y cierra el contraro oficialmente, será lo mejor que te pase en tu vida, pero sólo tienes esta oportunidad-Asentí intentando no llorar. Sentí sus manos acunando mi cara y sus labios sobre la comisura de los míos. Finalmente oí cómo se alejaba y cuando abrí los ojos, ella ya no estaba allí, se había marchado, para siempre.

"Te amo. Siempre lo haré." Susurré para mí mismo.

Esperé unos minutos, tal vez incluso una hora, pero me dí cuenta de que ella no iba a volver. Suspiré, entendiendo la situación. Esto pasaría, lo sabía. La música compensaría el amor que siento por Caitlin, me olvidaría de ella en uno días, sí. O eso espero. Me coloqué la gorra encima de mi pelo, subí mi cabeza y empecé a caminar hacía el hotel donde me había reunido con Scooter. Cuando volví a entrar a la habitación, mi madre y él seguían en el mismo sitio donde los había dejado antes. Pero cuando me vieron entrar, sus caras reflejaban preocupación.

-Hijo¿Estás bien?-Preguntó mi madre.
-Podemos seguir-Susurré asintiendo con la cabeza.
-Todo estará bien chaval-Scooter puso su mano en mi pierna y yo le miré con los ojos vidriosos. Él hizo una mueca y asintió quitando la mano-Firmemos el contrato.



Abrí mis ojos y miré la hora en mi móvil. Las 7 de la mañana, por fin. Había perdido la cuenta de las veces que había mirado la hora esta noche. No sé si era porque quería irme ya a Atlanta en el avión de las 11 o quería quedarme aquí para siempre y dejar pasar este tren. Claro que no podía hacer la segunda occión, ya era demasiado tarde. Me había pasado toda la noche pensando en sí Cait vendrá a despedirme al aeropuerto, junto con mis amigos y familia. Le había dejado un mensaje anoche y recé toda la noche a Dios porque viniera, sino no iba a poder manejarlo.

<<Mañana a las 11 sale mi avión. Si me quieres ven a despedirte, por favor. Te quiero, JB.>>

Me incorporé mirando la palabra que salía al lado del mensaje: Leído.

Cuando tuvimos todo preparado, yo, mi madre, Scooter y un tío más grande que un armario llamado Kenny nos dirigimos al aeropuerto en un gran coche negro que había venido a buscarnos a la misma puerta de casa. Ni siquiera había intercambiado palabra con mi madre-ni con ninguno de los otros dos-desde ayer cuando finalmente firmé el contrato. Grabar un disco con una discográfica, miles de radios para visitar, grandes planes de futuro...Sólo de pensarlo mi estómago se revolvía. Era un simple adolescente que quiere divertirse, nada más. Sin embargo este adolescente está tomando decisiones de un adolescente demasiado maduro. Llegamos al aeropuerto y nada más bajar un par de tíos algo más grandes que el tal Kenny vienen y se llevan todas las maletas, y son unas 6, para que os agáis una idea de lo fuertes que están. Scooter nos dijo que de ahora en adelante no tendríamos que preocuparnos por nada, todo estaría hecho. De repente añoraba arrastrar mi maleta por todo el aeropuerto hasta que mi brazo se dormía ¿Qué pasaba si yo quería hacer las cosas por mí mismo? Un nudo se instaló en mi garganta. A lo mejor este mundo no estaría hecho para mí. 
Llegamos a una cafetería y mientras mi madre y Scooter pedían lo que íbamos a tomar, Kenny se quedó conmigo.

-Chico-Me giré hacía él, ya que tenía la mirada perdida en las personas que iban y venían.
-¿Mm?
-Sé que al principio es complicado de llevar, y más si tienes que dejar a tu familia y amigos aquí. Junto con alguien especial, ya sabes-Arqueé una ceja ¿De qué manera él sabía sobre Cait? Él llegó esta mañana.
-Tú madre me contó-Dijo como si hubiera leído mi pensamiento. Su sonrisa se hizo notar en su piel morena y me provocó una pequeña mueca que terminó en una pequeña risa-Sé que es duro, y más con tu edad pero puedes contar conmigo para lo que quieras, chico.
-Gracias Kenny-Dije, dándole un manotazo en el hombro. Nunca una persona me había caído tan bien al momento como este hombre, ojalá él tampoco se aleje mucho de mí, porque de momento todo el mundo que me importa se va a alejar de mí, menos mi mamá. Al pensar en ella, apareció con una bandeja enorme junto con Scooter, que llevaba otra bandeja, las dos cargadas con café, bollos y sandwiches. 

-Wow-Solté involuntariamente-¿Esto es sólo para nosotros?
-Bueno...a nosotros nos gustaría comer algo también si no te importa-Dijo alguien detrás de mí. Esa voz. Dí un giro sobre mi silla y me tiré hacía el grupo de gente, mi familia, mis amigos.
-¡¿Qué hacéis aquí?!-Simplemente me salió eso mientras abrazaba a todos. Mis abuelos, Chaz, Ryan y Christian se encontraban ahí. Noté cómo algo dentro de mí se rompía.
-Sopresa-Dijo mi abuela con una gran sonrisa de felicidad en su rostro. La conocía lo suficiente como para saber que esa felicidad no llegaba hasta sus ojos.

Nos sentamos todos juntos en la diminuta mesa de la cafetería a hablar, chillar, reír, comer... todo eso, pero todos juntos. Empezaba a sentir añoranza de ellos, aún estando ahí, sabía que sería la última vez que los vería en mucho tiempo. Pasadas las 10:00, empezaron las despedidas. Las primeras lágrimas llegaron con mis abuelos, juraban quererme mucho y prometían visitarme pronto. 

-Cuídate cariño, te queremos mucho-Fue lo último que dijo mi abuela con una lágrima en su mejilla.

Asentí y Chaz, Ryan y Chris me esperaban con una pequeña sonrisa, pero algo nostálgica. Me tiré a sus brazos, literamente. Hasta dejé mi mochila de mano en el suelo tirada.

-Os voy a echas mucho de menos, tíos-Susurré.
-Nosotros también a ti-Contestó Ryan-Nos veremos pronto, ya verás.
-Eso espero-Otra vez ese nudo en la garganta.
-Hazte muy famoso y gana mucho dinero para comprarnos muchos coches de lujo, por favor Bieber-Dijo Chris. Todos soltamos una carcajada y le cogimos por los pies y manos.
-¡Tú para que quieres un coche!¡Ni siquiera puedes conducir!¡Eres un enano aún!-Gritábamos todos riéndonos mientras todo el aeropuerto contemplaba nuestra escena.
-¡BAJADME!-Chillaba una y otra vez. Cuando le soltamos en el suelo soltó un bufido y con unos cuantos abrazos la despedida había terminado.
-Chris-Grité antes de que se fueran-¿Sabes algo de tu hermana?¿Ha venido?-Susurré. Vaya tontería, si hubiera venido estaría aquí ahora, y no está. Él me miro y se encogió de hombros.
-Lo siento, bro. No tengo ni idiea-Dijo apretrando sus labios.
-Vale, tranquilo-Le dí una palmada en su hombro y con una sonrisa se unió con los demás. Otra lágrima. 
 -Justin, tenemos que irnos-Dijo alguien detrás de mí. Asentí. Ni siquiera veía por donde iba, tenía la vista borrosa a causa de las lágrimas. 
-Hijo...-Una voz femenina. 
-No ha venido, mamá. Ni siquiera se ha despedido de mí-Susurré para mí mismo. Mi madre puso su mano por mi hombro y lo acaricio para después besar mi pelo.

Por los altavoces anunciaban la embarcación de nuestro vuelo. Pasamos el control de seguridad y en unos minutos estaríamos abordando en el avión. Ya no había vuelta atrás. Pero aún seguía siendo estúpido, y no dejé de mirar hacía el cristal ni un segundo. Un grupo de estudiantes extranjeras hablaban emocionadas, parecía que hablaban en Español y no entendí nada de nada pero sus caras eran graciosas. Casi me había olvidado de todo concentrado en las extranjeras, cuando escuché unos golpes. Giré mi cabeza lentamente hacía el crital y allí estaba ella. Tire de nuevo mi mochila y corrí hacía el cristal con una expresión preocupada.
"Lo siento." Susurraba ella. Yo negué con la cabeza. Lágrimas empezaban a escapar de mis ojos, al igual que de los suyos.
"Te quiero. Siempre" Vocalicé. Ella asintió e hizo una mueca acompañada con una pequeña sonrisa. Apoyó su frente en el cristal y lo mismo hizo con su mano. No podía creer que esto era el final entre nosotros, no quería creerlo, no podía ser verdad. Ni siquiera me hacía a la idea de lo mucho que la iba a echar de menos. Los que dicen que el amor adolescente no es verdadero es que nunca lo han sentido. Es el más verdadero de todos, el que tiene que pasar por más cosas, el que se siente con más fuerza. Oficialmente sé que esto ya no es amor adolescente, ya no estamos juntos, nunca más. Ahora es dolor. Otro golpe en el cristal me hizo abrir los ojos, ni siquiera me había dado cuenta de que los tenía cerrados.
"Sé fuerte." Sonreí, esta vez de verdad. Ella ya casi no lloraba, también sonreía y eso me dio fuerzas para dejar de llorar por unos momentos y empezar a calmarme. Caitling sacó una cámara e hizo una foto a través del cristal a nuestras manos juntas. Esto sería un recuerdo, nuestro propio recuerdo. El mejor de todos. En unos años miraremos esta foto y sabré si hice bien en dejarla marchar de esta manera.
"Te quiero, Caitlin."





Bueeeeeeeeeeno, pues supongo que ¡hola! He vuelto con un pequeño relato que espero que os guste (Aún que a mí no mucho, ejem... mierda... ejem) y alguna que otra noticia. Tengo escrito un relato bastante larguito para subiros, pero me falta el final, creo, no sé si lo alargaré un pelín más. Y por último... ¡Voy a hacer otra novela! No sé si me dará para muchos capítulos pero ya tengo la idea clara, lo que me falta es escribir algún que otro capítulo, más ideas y estará en el blog. ¡Besitos! (: