Tardo lo que me suponía, y algo más tarde de medianoche, estaciono mi moto en frente de la casa de aquel tipo, Aaron Lodge. Ese capullo no sabe a quien le ha ido a deber dinero, no saldrá bien de esta. Puede que tenga algo de suerte al asignarle a una persona tan caritativa como yo, sonrío. Llamo un par de veces a la puerta, no contesta.
-¿Señor Lodge?-Digo a través de una ventana. Una sombra cruza corriendo a traves del salón y sé que es él, y sabe a qué vengo. Me alejo de la casa y voy por detrás, rodeándola. A un lado se encuentra el jardín trasero, entro y la ventana está abierta, bingo. No sé por qué este tío nos ha comprado droga la verdad, por la casa que tiene no parece uno de los muchos que he ido a cobrarles las deudas. Esos suelen ser borrachos y siempre les encuentras en un bar, este no es el caso. Me cuelo ábilmente por la ventana y en un rincón le encuentro.
-¿Quién eres?-Dice con la voz temblorosa-¿Qué quieres?
-Creo que lo sabes perfectamente-Le estampo de un empujón contra la pared de su salón y noto como a él le tiemblan las piernas. Le cojo del cuello-Creo que me debes algo¿No crees?
-Eh...
-Cáyate!-Le espeto-Quiero mi dinero, ahora. Y sin tonterías o-Saco con mi otra mano libre la pistola que tengo en la cinturilla de mis pantalones y la deslizo hasta el cuello de Lodge-Estarás muerto-le digo sin más. Noto como él traga saliva y su cuerpo se contrae-Aaron...
-No...no puedo darte el dinero-Dice en un hilo de voz.
-Oh, claro que puedes-Le propino una patada en su parte más delicada, su parte más íntima. Agacha la cabeza mientras se retuerce de dolor, pero con la pistola, le levanto por la barbilla-El dinero-No obtengo respuesta alguna y le propino un puñetazo en la nariz, rompiéndosela. Sé cuando puedo romperla y cuando solo sangra por una venita rota, en este caso, se la he roto aposta-¿Necesitas que te lo deletree? ¡MI DINERO!-le pongo la pistola contra un lado de su cabeza-Tienes 10 segundos para decírmelo o te volaré la cabeza hijo de puta-Su cara está cubierta de sangre, y me tiene miedo, lo noto. Lo que él no sabe, es que no le puedo matar, pero es un detalle que desconoce y que por tanto me da la ventaja plena-10,9,8,7,6,5,4,3,2...-Canturreo y aprieto más la pistola contra su cabeza.
-En la cocina-Dice cerrando los ojos. Aflojo la pistola.
-En la cocina¿Dónde Lodge?-Le digo-Vamos joder!
-En-el...en el horno. Arriba, un techo oculto-Le suelto un poco y suspira aliviado.
-Ni se te ocurra moverte o irte o volveremos a buscarte, te lo juro-Le digo acercándome a él. Voy hacia la cocina, el horno. Exactamente donde me dijo, hay una bolsa con un montón de billetes de todos los colores habidos y por haber. Me acerco de nuevo a Lodge que ni si quiera se ha movido-¿Están los 10.000?-Le digo alzando una ceja. Asiente y yo sonrío-Frank te envía saludos, por cierto. No te vuelvas a retrasar o volveré a por ti.
Abro el pequeño maletero que tiene el asiento de mi moto y guardo todo el dinero, madre mía. Con este dinero podría dejar Stratford, irme a vivir lejos de aquí, de los Satín Hood... No, seguramente no pararían hasta encontrarme y matarme. Son más de las dos de la mañana, este asunto me ha retrasado bastante, pienso. Monto de un salto en mi moto y me pongo en camino, no sin antes asegurarme de que nadie me ha visto. El aire frío de la noche me roza la cara, y por un momento cierro lo ojos, e imagino los de otra persona. Color miel, mirándome, sonríendome. Niego con la cabeza y me concentro en la carretera. Cuando llevo unos diez kilómetros aproximadamente, unas luces de color azul me llaman la atención detrás de mí, mierda. Me hacen una seña para que pare a un lado y lo hago. Todo mi cuerpo se ha contraído y mis manos tiemblan, del frío tal vez, pero sé que en verdad es por lo asustada que estoy. Trago saliva, al recordar que llevo la Glock en la cinturilla de los pantalones. Ah y también llevo 10.000$ en el maletero de la moto en una bolsa blanca un tanto sospechosa, pero nada más.
-Documentación-Me dice el que parece más mayor de los policías. Uno de ellos es moreno y joven, justo al contrario del que me ha pedido mi permiso de conducir. Saco de mi maletero el monedero, con mucho cuidado de que no vean la bolsa blanca. Saco mi documento de identificación junto con mi carné de conducir y se lo entrego al policía. El otro, el más joven, me sonríe y yo le guiño un ojo, él niega con la cabeza y su semblante se vuelve serio de nuevo.
-¿Pasa algo, agente?-Le pregunto con una sonrisa coqueta al viejo¿Funcionara?
-Póngase contra el coche apoyada, señorita Sanchez-Me dice con un gesto muy serio, trago saliva de nuevo.
-¿Por favor, no?-Le digo riendo.
-Póngase ya señorita-Alzo una ceja y me paro.
-Por favor-Dice el policía joven, río entre dientes y me apoyo contra el coche. Me sorprendo cuando el joven se acerca a mí y es él el que me revisa.
-Estás no son formas de tratar a una señorita-Le susurro. Oigo su risita por detrás y me empieza a cachear de arriba a bajo, cierro los ojos y rezo para que no se atreva a tocarme el trasero. Con sus manos espertas me sige sobando por encima de la cintura, y por un momento se me pasa por la cabeza que este chico tiene que ser bueno en la cama, y no está nada mal, sonrío.
-Ten cuidado donde tocas, forastero-Le digo cuando veo que empieza a bajar. Lo he dicho en broma, pero hablaba completamente enserio.
-Anda mira-Dice metiendo la mano por la cinturilla de mis pantalones, noto como la presión que me hacía la pistola en ese lugar ya no la hace. El policía la levanta y se la enseña a su compañero, que no logro ver ahora mismo.
-Le recuerdo agente, que no es ilegal llevar un arma-Le digo, completamente asustada. Pero cualquiera lo diría por mi tono de voz, completamente serio.
-Claro que no, a menos que no tengas permiso-Trago saliva-¿Lo tienes?
-Y¿Esto qué es?-Grita el policía más mayor desde el otro lado, me levanto y veo que sostiene la bolsa blanca con el dinero, mierda.
-¿Señor Lodge?-Digo a través de una ventana. Una sombra cruza corriendo a traves del salón y sé que es él, y sabe a qué vengo. Me alejo de la casa y voy por detrás, rodeándola. A un lado se encuentra el jardín trasero, entro y la ventana está abierta, bingo. No sé por qué este tío nos ha comprado droga la verdad, por la casa que tiene no parece uno de los muchos que he ido a cobrarles las deudas. Esos suelen ser borrachos y siempre les encuentras en un bar, este no es el caso. Me cuelo ábilmente por la ventana y en un rincón le encuentro.
-¿Quién eres?-Dice con la voz temblorosa-¿Qué quieres?
-Creo que lo sabes perfectamente-Le estampo de un empujón contra la pared de su salón y noto como a él le tiemblan las piernas. Le cojo del cuello-Creo que me debes algo¿No crees?
-Eh...
-Cáyate!-Le espeto-Quiero mi dinero, ahora. Y sin tonterías o-Saco con mi otra mano libre la pistola que tengo en la cinturilla de mis pantalones y la deslizo hasta el cuello de Lodge-Estarás muerto-le digo sin más. Noto como él traga saliva y su cuerpo se contrae-Aaron...
-No...no puedo darte el dinero-Dice en un hilo de voz.
-Oh, claro que puedes-Le propino una patada en su parte más delicada, su parte más íntima. Agacha la cabeza mientras se retuerce de dolor, pero con la pistola, le levanto por la barbilla-El dinero-No obtengo respuesta alguna y le propino un puñetazo en la nariz, rompiéndosela. Sé cuando puedo romperla y cuando solo sangra por una venita rota, en este caso, se la he roto aposta-¿Necesitas que te lo deletree? ¡MI DINERO!-le pongo la pistola contra un lado de su cabeza-Tienes 10 segundos para decírmelo o te volaré la cabeza hijo de puta-Su cara está cubierta de sangre, y me tiene miedo, lo noto. Lo que él no sabe, es que no le puedo matar, pero es un detalle que desconoce y que por tanto me da la ventaja plena-10,9,8,7,6,5,4,3,2...-Canturreo y aprieto más la pistola contra su cabeza.
-En la cocina-Dice cerrando los ojos. Aflojo la pistola.
-En la cocina¿Dónde Lodge?-Le digo-Vamos joder!
-En-el...en el horno. Arriba, un techo oculto-Le suelto un poco y suspira aliviado.
-Ni se te ocurra moverte o irte o volveremos a buscarte, te lo juro-Le digo acercándome a él. Voy hacia la cocina, el horno. Exactamente donde me dijo, hay una bolsa con un montón de billetes de todos los colores habidos y por haber. Me acerco de nuevo a Lodge que ni si quiera se ha movido-¿Están los 10.000?-Le digo alzando una ceja. Asiente y yo sonrío-Frank te envía saludos, por cierto. No te vuelvas a retrasar o volveré a por ti.
Abro el pequeño maletero que tiene el asiento de mi moto y guardo todo el dinero, madre mía. Con este dinero podría dejar Stratford, irme a vivir lejos de aquí, de los Satín Hood... No, seguramente no pararían hasta encontrarme y matarme. Son más de las dos de la mañana, este asunto me ha retrasado bastante, pienso. Monto de un salto en mi moto y me pongo en camino, no sin antes asegurarme de que nadie me ha visto. El aire frío de la noche me roza la cara, y por un momento cierro lo ojos, e imagino los de otra persona. Color miel, mirándome, sonríendome. Niego con la cabeza y me concentro en la carretera. Cuando llevo unos diez kilómetros aproximadamente, unas luces de color azul me llaman la atención detrás de mí, mierda. Me hacen una seña para que pare a un lado y lo hago. Todo mi cuerpo se ha contraído y mis manos tiemblan, del frío tal vez, pero sé que en verdad es por lo asustada que estoy. Trago saliva, al recordar que llevo la Glock en la cinturilla de los pantalones. Ah y también llevo 10.000$ en el maletero de la moto en una bolsa blanca un tanto sospechosa, pero nada más.
-Documentación-Me dice el que parece más mayor de los policías. Uno de ellos es moreno y joven, justo al contrario del que me ha pedido mi permiso de conducir. Saco de mi maletero el monedero, con mucho cuidado de que no vean la bolsa blanca. Saco mi documento de identificación junto con mi carné de conducir y se lo entrego al policía. El otro, el más joven, me sonríe y yo le guiño un ojo, él niega con la cabeza y su semblante se vuelve serio de nuevo.
-¿Pasa algo, agente?-Le pregunto con una sonrisa coqueta al viejo¿Funcionara?
-Póngase contra el coche apoyada, señorita Sanchez-Me dice con un gesto muy serio, trago saliva de nuevo.
-¿Por favor, no?-Le digo riendo.
-Póngase ya señorita-Alzo una ceja y me paro.
-Por favor-Dice el policía joven, río entre dientes y me apoyo contra el coche. Me sorprendo cuando el joven se acerca a mí y es él el que me revisa.
-Estás no son formas de tratar a una señorita-Le susurro. Oigo su risita por detrás y me empieza a cachear de arriba a bajo, cierro los ojos y rezo para que no se atreva a tocarme el trasero. Con sus manos espertas me sige sobando por encima de la cintura, y por un momento se me pasa por la cabeza que este chico tiene que ser bueno en la cama, y no está nada mal, sonrío.
-Ten cuidado donde tocas, forastero-Le digo cuando veo que empieza a bajar. Lo he dicho en broma, pero hablaba completamente enserio.
-Anda mira-Dice metiendo la mano por la cinturilla de mis pantalones, noto como la presión que me hacía la pistola en ese lugar ya no la hace. El policía la levanta y se la enseña a su compañero, que no logro ver ahora mismo.
-Le recuerdo agente, que no es ilegal llevar un arma-Le digo, completamente asustada. Pero cualquiera lo diría por mi tono de voz, completamente serio.
-Claro que no, a menos que no tengas permiso-Trago saliva-¿Lo tienes?
-Y¿Esto qué es?-Grita el policía más mayor desde el otro lado, me levanto y veo que sostiene la bolsa blanca con el dinero, mierda.
-¿Mis ahorros?-Le digo con una pizca de diversión. El policía joven me esposa, nunca me habían detenido. Esto a Frank no le gustará nada. ¿Y qué pensará Justin de mí? No quiero pensar en él.
-Señorita Sanchez, queda detenida.
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Sí lo sé, este capítulo es muy corto y muy malo pero me voy a casa de mi tía a pasar el resto de fiestas y no creo que suba capítulo. Por eso quería dejaros todo lo que tengo escrito subidito :33 Espero que pasen una buena noche de fin de año :) Ah y si queréis que os avise de cuando suba capítulo, solo tenéis que decímelo en un comentario, un beso y gracias otra vez! <3
-Señorita Sanchez, queda detenida.
~Justin~
Suspiro mientras la veo irse por la puerta, sonrío. Recojo los botellines de las cervezas, ahora terminadas, y las empujo contra la basura, lo más abajo posible. No quiero que mi madre sepa que hemos bebido, y de echo, ni siquiera sabe que bebo.
-Hola hijo¿Qué haces?-Dice entrando con mis abuelos por la puerta.
-Nada, solo estaba viendo la televisión-Le digo con una sonrisa.
-¿Alejandra ya se ha ido?-Me pregunta con rintintín.
-Mama...-Ella se encoje de hombros-Sí, se acaba de ir-Le digo riendo entre dientes. Ella asiente y nos ponemos todos juntos a ver la televisión mientras conversamos amablemente.
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Sí lo sé, este capítulo es muy corto y muy malo pero me voy a casa de mi tía a pasar el resto de fiestas y no creo que suba capítulo. Por eso quería dejaros todo lo que tengo escrito subidito :33 Espero que pasen una buena noche de fin de año :) Ah y si queréis que os avise de cuando suba capítulo, solo tenéis que decímelo en un comentario, un beso y gracias otra vez! <3
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