domingo, 21 de abril de 2013

Capítulo veintisiete.


Justin.

Debería ir a verla, creo que me he pasado. Pero otra parte de mí se siente tan defraudada con ella que ni siquiera voy a ser capaz de mirarla de nuevo a la cara. Cosa que me es imposible por el hecho de que la quiero con locura. Sí ella me estaba protegiendo de verdad ¿Qué? No puedo ir detrás de ella y exigirle una explicación después de haberla llamado zorra. Cómo he sido tan estúpido de dejar salir esa palabra de mi boca... no he sabido controlarme, y me odio por ello. ¿Se supone que esto ha terminado?  

Alejandra.

Rabia, eso es lo que siento ahora mismo. Debería volver y romperle la boca a Justin por llamarme zorra. Pero lo cierto es que tiene razón, soy una auténtica zorra. Me froto las sienes insistentemente, lamentándome por no haberle dicho antes lo de Jeremy. Un momento, no debería estar diciendo esto, lo hice para protegerle. Porque realmente le quiero, y es el primer chico que me ha importado de verdad, tanto como para salvar su vida y llegar a poner en peligro la mía. Quién sabe que le hará hacer Frank con tal de unirse a la banda. Eso en el caso de que él quiera, si Justin se negará, acabaría muerto. Y no tiene más opciones. Como esta mierda salga a la luz, yo no podré seguir manejando esto, y menos si Justin no está de mi lado y se cree que estoy en contra suya. Pero yo solo lo hice por eso joder, porque le quiero. No quiero empezar a sonar cursi, pero él era lo único que me hacía sentirme viva a parte de mi trabajo, que hace que me sienta como todo lo contrario a eso. Soñaba con una vida fuera de este lugar, él y yo juntos, alejados de los Satín Hood y de toda esta mierda. Pero supongo que esto me ha hecho abrir los ojos. Yo estoy atada aquí y a la banda para siempre, y él lo estará muy pronto. La rabia y la frustración, junto con la impotencia de esto, inunda cada una de mis terminaciones nerviosas. Tanto, que mis ojos empiezan a llenarse de lágrimas, que salen sin control por mis ojos, van resbalando por mis mejillas hasta esconderse por mi cuello. Me tumbo hacia atrás en mi cama, con las manos tapándome los ojos. No necesito esto, no ahora. Él era mi única escapatoria, él me hacía sentir bonita, no tenía que hacer nada, solo dejar que él me quisiera como soy. Pero ahora ya no. Me levanto decididamente hasta el baño, abro la vitrina del espejo, que hace un sonido sordo, cojo una de mis cuchillas, una nueva. Hacía demasiado tiempo que no las usaba, tal vez desde que le conocí a él. Vuelvo a mi cama y me siento, me deshago de mis pantalones mientras sorbo continuamente por la nariz. Esa sensación de no poder respirar a causa del ataque de nervios que tengo dentro de mí, que se acompasa con mis lágrimas. Cojo la cuchilla con mi mano temblorosa y la coloco encima de mi muslo, haciéndolo rozar.
'No lo hagas de nuevo, eres fuerte.'

No lo soy, lo era. Cuando él estaba aquí. Puedo parecer una dramática pero esto es lo único que me alivia en los momentos de rabia, de prepotencia. Si no estoy con él ahora, esto es lo único que necesito. Hago chocar la cuchilla fuertemente con mi muslo, la sangre empieza a emanar deslizándose por mi pierna, al igual que mis lágrimas caen sin control por mis mejillas. Ni siquiera siento el dolor que me causa hacer esto, ni físicamente ni tampoco mentalmente. Con un segundo corte, algo más profundo, empiezo a relajarme, a inspirar hondo, a perder la conciencia, y a olvidarme de por qué estoy haciendo esto...

(...)


Abro lentamente los ojos, vuelvo a cerrarlos. Mi cabeza da vueltas a la vez que me da golpes tan fuertes que casi no puedo escuchar mis propios pensamientos. Consigo abrir los ojos y me los froto suavemente, están algo pegajosos y sé el por qué. Cuando te quedas dormida llorando suele pasar. Veo mis muslos, llenos de sangre. Ahora ya esta seca, y por suerte se queda en mis tobillos y no he manchado el suelo, una cosa menos que limpiar. Y ahí es cuando todo me golpea y recuerdo la razón por la que he hecho toda esta mierda. Pero estoy en un estado en el que ahora mismo no me importa, y mi rabia se canaliza en matar a Scott. ¡Mierda! Miro el reloj rápidamente y me doy cuenta de la hora que es.
-Alejandra, en 20 minutos tienes que estar en el almacén, ¿Qué coño haces?-Grita una voz a través de la puerta, mientras golpea fuertemente esta.
-Necesito una ducha y estoy lista-Le grito pegada a la puerta, rezando para que no entre a la habitación.
-¡Esta bien pero date prisa y mueve tu culo al almacén antes de que nos arrepintamos de haberte elegido para esto!

Me meto en la ducha y froto fuertemente con jabón los restos del líquido rojo. Cuando llego a la parta superior de mis piernas, donde se encuentran los cortes recientes, deslizo mi mano más suavemente. Me muerdo el labio con fuerza, el escozor de después de haberte cortado resulta peor que el que te da cuando lo estás haciendo. Froto rápidamente mi pelo con el champú y no me da tiempo a pensar en él cuando ya estoy fuera de la ducha. Por una vez, mis pensamientos se han mantenido a raya mientras me estaba duchando, cosa que no suele suceder. Cojo unos pantalones vaqueros ajustados y una camiseta sin mangas blanca, que ato para que quede algo más ajustada a mi cuerpo, además de más corta. Me meto, literalmente, en mi armario, buscando mi Glock. Después de encontrarla en el fondo del armario, debajo de un par de pantalones desgastados, la deslizo sobre la cinturilla de mis vaqueros, en la parte de atrás. Por último cojo mi chaqueta de cuero negra y voy hacia la cocina.
-Me voy ya, Héctor-Digo sacándome el pelo de debajo de la chaqueta. Él me mira y asiente.
-Ale-Me giro y le miro-Ten cuidado.
-Estaré bien-Le digo, y con esto salgo de la casa.

Arranco mi moto, que ruge debajo de mí. Miro una vez más a su ventana, la luz está encendida. Pienso fugazmente en sí esto no sale bien, si Scott nos ganará. ¿Justin vendría a mi entierro? Un fuerte mareo hace que cierre los ojos y me recueste sobre la parte delantera de la moto. Cierro los ojos, no puede pasarme esto ahora. Parece que mi cuerpo o lo que sea que tengo ahí dentro me ha hecho caso y el mareo comienza a desaparecer. Levanto la cabeza y suspiro, arranco y me dirijo hacia el almacén.
Cuando entro allí, Chris, seguido de Chaz y alguno de los chicos de la banda están esperándome.
-Por fin llegas-Dice Chris.
-Tenía cosas que hacer-Él soltó un bufido y yo le fulminé con la mirada. Al instante, el aire se cargó de tensión, todos los que estábamos allí lo sentíamos.
-Vamos-Dijo él, al cabo de unos segundos.

Cuando nos acercamos a la zona, decidimos dejar el coche a unas cuantas manzanas del lugar, e ir a pie, es más seguro. Como nos esperábamos, Scott y su gente están en un pequeño almacén abandonado a las afueras de la ciudad. Se pueden oír sus risas desde aquí fuera. 

-¿Estás segura de que quieres hacerlo tú?-Susurra una voz detrás de mí.
-Por supuesto-Le digo seria-Quiero cargarme a ese cabrón yo misma.
-Mira Ale...Siento-
-Chris-Le interrumpo-Déjalo. Ahora no ¿Vale?-Él asiente y seguimos con nuestro plan.

Uno de los chicos se va con Chaz a la otra parte del almacén, ahora lo tenemos todo completamente rodeado. Un simple gesto de Chris hacía los demás, hace que, de un estallido, empecemos a entrar a su único escondite. Sus caras son de sorpresa, pero no hay tanta gente como pensábamos, y tenemos eso de nuestra parte. El ruido de los tiros y los insultos empapa el ambiente y, justo como sabíamos, Scott conseguiría escabullirse. Un chico llamado Jaxon me cubre mientras persigo a Scott, sin que él se de cuenta. Cuando lo hace, corre aún más rápido, y ahora sostiene algo en su mano, una pistola. Trago saliva, algo nerviosa, no tenía pensado que él tuviera un arma consigo. Entra en un cuarto y le sigo muy cerca. Una vez dentro, miro a cada rincón, él no está. Un ruido sordo me hace pegar un respingo, la puerta se ha cerrado y a su lado, Scott, sosteniendo su arma en la mano, encañonándome con esta.

-Creías que podías pillarme...-Dice riendo-Y ahora estás sola aquí conmigo, porque te crees muy fuerte¿Verdad?-Avanza hacia a mí y pone su pistola contra mi frente.
-Eres un hijo de puta-Farfullo-Hazlo. Mátame.
-Esto no va a ser tan fácil preciosa-Dice con una voz asquerosamente repulsiva-Primero voy a follarte tan duro que acabarás agotada. Y tal vez después te mate. A ti, y a todos a los que quieres.
-Bueno-Suelto una carcajada-Lo segundo lo tienes fácil, ni siquiera tengo a nadie a quien aprecio-De repente, su cara aparece en mis pensamientos, Justin.

Vuelvo la vista a los ojos oscuros de Scott, que parecen pensativos. Me doy la vuelta sobre mí misma y doy una patada a la  mano de él, haciendo que la pistola vuele en el aire hasta caerse a un lado de aquella habitación. Ahora soy yo la que le encañona a él con mi pistola.

-Es increíble cómo puede cambiarte la vida en un segundo ¿No crees?-Le digo. Él cae de rodillas ante mí.
-Tienes razón-Se encoge de hombros-Todavía puedes cambiar tu vida, puedes unirte a la banda que estoy creando y que te traerá más felicidad que la que has tenido en toda tu vida, Alejandra.
-Por supuesto-Carcajeo mientras jugueteo con la Glock-No sé si te das cuenta pero esto se ha acabado, voy a matarte Scott-Esas palabras, sabía tan bien decirlas.

Finalmente, después de todos estos años voy a poder hacer lo que quise hacer siempre. Empotro la pistola contra su cuello, muy cerca de su oído. Veo como su nuez baja y traga saliva, está nervioso. Pienso en Justin momentáneamente, en sus ojos color miel. Podría estar muy orgulloso de mí si supiera esto. ¿Qué digo? Él ya no quiere saber nada de mí. La imagen de Scott arrodillado ante mí se hace un poco borrosa, pestañeo pero la imagen sigue como antes. Puedo sentir como mi mente se está alejando lentamente, dejándome ahí desprotegida. Bajo la mirada hacia mis pantalones, y veo como la sangre, reanudada de mis cortes, vuelve a emanar con fuerza. Caigo de rodillas al frente de Scott, que me mira con el ceño fruncido. Ni siquiera puedo gritar ni pronunciar palabra, lo último que oigo es la risa de Scott, siento como su peso se cierne sobre mi cuerpo. Lo siguiente que logro ver es oscuridad,  algo más apacible. 

Para saber que has leído el capítulo, ¿Puedes darle RT Aquí , Por favor? (: 

Holita! Ya estoy de vuelta (: Quiero daros las gracias por los comentarios, y por los RT's, gracias de verdad. Si no fuera por eso estaría tan deprimida que la poca imaginación que tengo se iría a la mierda lol. Bueno, espero que os guste este capítulo, es un poco corto, lo sé, pero tenía que dejarlo así, con intriga.
Os quiero chicas<3

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