domingo, 7 de julio de 2013

Relato ~ One time.

-Hola cariño-Me decía mi madre desde la cocina cuando llegué. Le dí un beso en la mejilla y sonreí-¿Qué tal tu primer día de clase?
-Bien-Me encojo de hombros.

En realidad había sido una pura mierda. El colegio apestaba en sí, pero si entrabas a un colegio nuevo en su último año de clases, y eras una persona como yo, era realmente un problema. Mi familia había decidido mudarse desde Londres hasta California por el trabajo de papá. Según ellos "Sería una experiencia muy productiva para mí y un buen cambio de aires" Además de tener a mi padre cerca. Lo que ellos no entienden, es que yo era una adolescente, y que para mí no era tan fácil encajar este tipo de situaciones. Por no mencionar que no tengo el don de relaciones públicas precisamente. La tímida de la clase, la que prefiere no llamar la atención, la que no quiere sobresalir del resto de alumnos. Cogí un pequeño bol y pusé unos cuantos cereales en él con algo de leche para llevármelo a mi habitación y comerlo mientras veía alguna serie en mi ordenador. Me senté sobre la cama y suspiré. De acuerdo, pensaba que mi primer día de clases iba a ser mucho peor, incluso pensaba en que podrían hacerme alguna novatada. Pero no fue así. Hice una amiga, Grace, y comí con su grupo de amigos. Eran todos muy simpáticos, incluso me animaron a comer con ellos el Lunes de nuevo. Todo el mundo se portó muy bien conmigo, incluso un chico se ofreció a traerme en su coche a casa, cosa que por supuesto ni se me pasó por la cabeza, ya que ni siquiera le conocía. Sonreí y con un "Gracias, pero prefiero coger el bus" me despedí de aquel-Guapísimo-chico. Por un segundo me arrepentí.

Así pasé mi tarde. Viendo series en mi ordenador, comiendo algo de helado después de mi bol con cereales, y pintándome las uñas de un rosa pálido, algo no fuera de lo normal. Hacia las 8 de la noche mamá se fue con papá a una cena romántica preparada por mi padre. Aconsejado por mí, ya que papá está demasiado concentrado en su trabajo y mi madre estaba comenzando a notarlo y a cansarse de eso. Mi móvil -comprado hace un par de días por mi padre con una nueva tarjeta con mensajes ilimitados- vibró encima de la mesa de mi escritorio. Maldecí un momento por tener que levantarme de la cama y apartar el ordenador de encima de mí. Vibró un par de veces más antes de cogerlo.


"Fiesta en casa de Kail a las 10 pm."

Ni siquiera sabía quien era Kail, por dios. Los otros dos mensajes decían lo mismo. Ni siquiera tengo guardados los diferentes números que me lo mandaron. Creo que sólo tengo en la agenda a mamá, papá y bueno, a Grace. Me senté en la cama mirando el mensaje. ¿Cómo iban a invitarme? Nadie me conocía. Mi nombre era "La chica nueva" o "La chica con acento londinense" Bloqueé el móvil y lo tiré en mi cama. Volví a coger el ordenador y seguí viendo mi serie. Miré la hora, las 8:30 pm. Bueno... si quisiera ir tendría bastante tiempo para no ir hecha un desastre. No, Claire, no vas a ir a esa estúpida fiesta. Y ¿Por qué no? También era un oportunidad para conocer a alguien más, hacer amigos, e integrarme. Pero primero tenía que averiguar dónde estaba la casa de ese tal Kail. Llamé a Grace.

-¿Grace?
-Soy yo-Dijo una voz muy aguda a través del teléfono, era ella.
-Por casualidad sabes donde está la casa de un chico llamado Kail?-Dije mordiéndome el labio.
-¿Eso significa que vas a venir a la fiesta?-Gritó.
-Mm creo que sí, pero tienes que decirme donde está.
-Calle Richmond Parkway. Número 29. ¡Te veo allí Claire!

Antes de que pudiera contestarla ella ya había colgado. Respiré hondo y empecé a prepararme para aquella fiesta que no tenía ni idea de qué me depararía. Cuando terminé de ducharme, empecé a mirar mi ropa para elegir qué me pondría. Pasados unos minutos empecé a maldecir, ya que no tenía nada-Ni tampoco sabía lo que se llevaba-Para una fiesta así. Mucho menos en California, que por lo que he visto las chicas visten un tanto... no sabría cómo decirlo, con poca ropa. Fui al armario de mi madre, donde encontré unos vaqueros algo desgastados. Me los probé y me quedaban algo ajustados. Las 9:30 am. ¡Mierda! Cogí un top/corsé negro que dejaba al descubierto un poco de mi barriga. Cuando me miré en el espejo me quedé asombrada, no estaba acostumbrada a llevar este tipo de ropas, por supuesto. Puse un poco de rímel en mis ojos y solté mi pelo, que para colmo no podía alisar por falta de tiempo. Un pitido en la calle me sacó de mis pensamientos, el taxi había llegado. Escribí una nota rápida a mis padres y salí corriendo hasta el coche que ya estaba esperando. 

Cuando llegué a la calle, no hacía falta saberse el número de la casa de Kail, donde se celebraba la fiesta. Podías oíd perfectamente el ruido de la música y la gente casi antes de doblar la esquina. Pagué al conductor, y con una sonrisa me dirigí a la casa. Para mi bien, nadie me miraba raro ni nada de eso, cada uno estaba a su tema, a su chica, o tan borracho que no me distinguiría ni de su propia madre. 

-¡Claire!-Gritó alguien detrás de mí una vez estaba dentro de la casa. Se abrió paso entre la multitud con un minivestido rosa chicle y agarrada de un chico que parecía universitario de lo grandote que era.
-Hola-Sonreí.
-!Has venido¡-Chillaba y berreaba. Cogí al instante que estaba algo bebida-Ven, voy a presentarte a todo el mundo. Con ese look te mirarán hasta las tías.
-No es necesario-Le dije-No me gusta ser el centro de atención.
-Chica, con ese top, lo serás, créeme-Me susurró al oído y luego empezó a carcajear sola mientras me arrastraba por toda la casa. Llegamos las escaleras y a la mitad de estas, empezó a chillar mi nombre y a presentarme. Algunos chicos lanzaron algún que otro silbido y noté cómo mis mejillas se tornaban rojas.
-Voy a beber algo, Grace-Le dije cuando terminó de dar el espectáculo. Yo todavía estaba completamente abrumada.
-¡Diviértete y no te emborraches mucho!-Dijo mientras se alejaba con el chico con el que estaba antes.

Me apoyé en la mesa que hacía de bar y suspiré, fue ahí cuando empecé a cuestionarme si había sido buena idea venir. Yo no solía divertirme así. Mis amigos y yo nos pasábamos las tardes hablando, jugando con el ordenador, viendo vídeos en Youtube y cosas así. Las noches se pasaban viendo maratones de grandes películas adolescentes como Crepúsculo y toda su saga. Pero ya no estaban mis amigos, ni Londres, para decirme que hiciera todo lo contrario, así que hice lo que me apetecía en ese momento, echarme un gran vaso cargado de alcohol mezclado con refresco de naranja. Me lo bebí de un trago, y sentía cómo el líquido quemaba poco a poco mi garganta, cómo la calentaba. 

-Hola-Dijo alguien detrás de mí.
-Hey, soy Claire-Le dije con una sonrisa a un chico moreno con ojos oscuros. Le extendí la mano.
-Encantado, soy Kail-Sonrío de vuelta y me cogió la mano dándola un gran apretón.
-Ah, el de la fiesta-Enarqué las cejas y él asintió orgulloso-Está muy bien montado.
-Supongo que sí-Se encogió de hombros, quitándole importancia-Tú eres la chica nueva ¿No?
-La misma, o también puedes decirme La chica con acento raro-Ironicé y él carcajeó.
-Vamos, tu acento es adorable-Dijo acercándose a mí. Sentía cómo volvía a ponerme roja como un tomate y agaché la cara-Bueno-Se aclaró la garganta-Creo que debería ir a revisar que nadie se haya metido en la habitación de mis padres, ya sabes.
-Oh claro-Sonreí.
-Nos vemos Claire-Me hizo un gesto con la mano y se perdió entre la gran multitud de gente.

Después de hablar con Kail, ya no sabía qué más hacer. Pensé en irme con Grace, pero eso fue antes de verla darse el lote con el chico con el que estaba antes en una esquina del salón. Y no iba a hacer de sujetavelas esa noche. Podría levantarme e ir a relacionarme con alguien, presentarme o algo así. Pero no puedo, es como superior a mí, no tengo el don de la palabra. El ambiente empezó a cargarse de humo, que provenía del tabaco que estaban fumando la mayoría de personas que estaba aquí dentro. Empecé a ahogarme y decidí buscar una vía de escape para salir de ahí. Fuera, en el gran jardín que la casa tenía, había alguna gente esparcida, pero no tan aglomerada como en el salón. Me senté en un lado, en una de las hamacas que había, como siempre, apartada de las demás personas que parecían pasárselo genial. Dí otro trago a mi tercera, o tal vez cuarta copa y dejé el vaso vacío en el suelo. Cerré los ojos y me tumbé en la hamaca, intentando escucharme a mí misma, que no paraba de gritarme qué mierda estaba haciendo.

-¿Una mala noche?-Susurró alguien cerca de mí. Ni siquiera me molesté en abrir los ojos, mis párpados pesaban más de lo que podía controlar. Sólo asentí-Podría arreglarlo, si quieres-Dijo aquella voz masculina. Ronca y sexy. Decidí abrir los ojos y vi como el chico me analizaba de arriba abajo, y cuando vio que le estaba mirando, guiñó un ojo.
-No gracias, estoy bien-Me incorporé y me quedé sentada en la hamaca.
-Cariño, no lo estás-Carcajeó.
-¿Y tú quien coño eres?-Espeté, algo borde para ser yo.
-Justin Bieber, pero hasta tú lo sabes-Dijo con aires de superioridad. Se quitó la gran gorra y las gafas de sol que le lograban ocultar y era él. Mi mente lo procesó tan rápido que ni siquiera me inmuté, no me caía bien, y no quería tener nada que ver con él ni con su mundo. Lo que sí me impactaba era qué hacía Justin Bieber en una fiesta como esta, pero por supuesto, no le iba a preguntar.
-Oh, que egocéntrico-Susurré para mí, pero él lo oyó y soltó otra carcajada.
-Perdona Claire. La chica nueva. Bonito acento.
-Sólo Claire-Le dije seria. Genial, gracias a Grace todos me conocían y ya no jugaba con la ventaja de hacerme la interesante. Tampoco podía remediar que capullos como Justin Bieber pudieran saber mi nombre. Y es que a mí nunca había conseguido eclipsarme como había hecho con medio mundo. Es más, ni yo sabía nada de él ni de sus canciones, simplemente pasaba olímpicamente de él y su música. 
-Bueno Sólo Claire, ¿Quieres que te lleve a casa? No pareces muy entretenida aquí.
-Estoy bien-Repetí-Además no dejaría que me llevará un chico como tú a casa.
-¿Cómo yo?-Sonrió y elevó una ceja. Me tomé un momento para analizarle, nunca había tenido un famoso tan cerca-¿Cómo soy yo?
-Sí, como tú. Pues-Le miré de arriba abajo-Un chico con tatuajes, con aires de superficial, metido en su propio mundo, ya lo sabes.
-No, no lo sé-Se acercó, mucho-¿Por qué no me lo dices?-Sus ojos se clavaron en los míos y creo que si no hubiera estado sentada me hubiera caído. Sus ojos eran de un color dorado que en mi vida había visto antes. Bajé mi mirada a sus labios y él se pasó la lengua por estos.
-Justin-Me acerqué a él y le susurré al oído. Frunció el ceño desconcertado, no se esperaba que me acercase a él-Eres un cretino-Mordí el lóbulo de su oreja y soltó un pequeño gruñido. Sonreí triunfante y me levanté dispuesta a irme.

-Espera-Gritó detrás de mí, yo me giré-Dime cómo puedo encontrarte otra vez-Dijo algo nervioso.
-Ni lo sueñes, Bieber-Solté una sonrisita y él enarcó una ceja para luego devolverme la sonrisa.

Bueno, esto no es de la novela No hay vuelta atrás, pero se me ha ocurrido de repente y quería compartirlo. Además, hoy hace 4 años de One time y bueno, creo que viendo el video me ha venido la inspiración para hacer este pequeño relato. Espero que os guste y pensaba en hacer 2ª parte, pero ¿Qué pensáis? Un besito y volveré pronto con un capítulo de No hay vuelta atrás, promise <333 (: 

2 comentarios:

  1. eeii mola mucho¡¡¡ yo quiero 2ª parrtee¡¡¡

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  2. yo estoy con Sandra mola mucho y también quiero segunda parteeee!!!!!!;)

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