jueves, 25 de julio de 2013

Capítulo treinta y cuatro.


Alejandra.


Cuando dejé a Justin en casa me dirigí directamente de nuevo al almacén, donde todos seguían igual de impresionados con lo que había pasado. Héctor me miraba con desdén y sabía que eso no era nada bueno. Pero estaba dolida, y la ira junto con la adrenalina llenaba mi cuerpo. Jeremy Bieber era como mi instructor, fue él el que me enseñó a manejarme con todo este tema. Podríais pensar que era un capullo, por enseñar a una niña este tipo de vida, pero no lo era, me salvó la vida. A pesar de cambiar de casa cada mes prácticamente, él seguía conmigo, y no solo me instruía, sino que también me cuidaba. Recuerdo el día que me dijeron que había muerto. Lo mejor de todo es que quien me lo dijo era Héctor, y sin embargo estaba tan triste que no podía ver que había sido él quien había sido y había tenido la vergüenza de ir y contárselo a una niña. Apreté mis puños y me dirigí al círculo que habían hecho para hablar este tema.

-¿Por qué coño lo hiciste, Héctor?-Le espeté. Notaba cómo mi voz temblaba y necesitaba que eso cambiara, era fuerte, tenía que serlo.
-Él era una mierda, súperalo Ale-Dijo con una sonrisa. Yo hice una mueca.
-Eres un cabrón-Susurré clavando mi mirada en él. En un solo movimiento, Héctor estaba delante de mí, ahogándome con su mano agarrada con fuerza a mi cuello.
-Cállate zorra, tú no sabes nada, ni la mitad de lo que crees que sabes-Su aliento se estampaba en mi cara y cerré los ojos con fuerza, me estaba volviendo demasiado vulnerable-Bieber nos traicionó, a ti también.
-¿Por qué? ¿Por querer a su familia? Por lo menos él tenía una…-Dije con los ojos acuosos, mierda. Esto se me estaba yendo de las manos.
-Tranquilízate Alejandra, no podemos volver a la vida a Bieber, así que dejemos el tema ¿De acuerdo?-Dijo Frank metiéndose entre Héctor y yo. Unas manos se posaron en mis hombros y cuando me giré, la sonrisa de Ryan hacía que me tranquilizase un poco.  Asentí.
-Y ahora que sabéis que Justin es su hijo, ¿Qué va a pasar?-Dije con la voz quebrada. Frank y Héctor se miraron entre sí, y asintieron. Ahí fue cuando entendí, Frank sabía todo esto.
-Tienes que alejarte de él o-
-¿O qué?-Espeté.
-Ale-Dijo Frank-si no, vamos a tener que matarte a ti también.
-¿Qué coño estás diciendo?-chillé-¿Vas a matarle porque era el hijo de Bieber?
-Se me escapó una vez, no más. Y cállate la boca o tendré que callártela yo mismo-Espetó Héctor.
Ryan, Danielle y Brit me cogieron de los brazos y me llevaron fuera del almacén, yo estaba enrabietada, furiosa, querían matar a Justin. No podía parar de pensar en otra cosa. ¿De veras? ¿Tendría que repetirse la historia? No si yo no lo permitía, y no lo permitiré.

-¿Estás bien?-Dijo Brit rodeándome con su brazo. La miré a los ojos un segundo y las piernas me temblaron. Caí de rodillas al suelo y empecé a llorar, no podía aguantar más presión, no ese día.
-Van a matarlo, van a matarlo…-No podía dejar de pensar en otra cosa.
-No lo van a matar, tranquila-Dijo Danielle acariciándome la espalda.

Justin.

Estoy jugueteando con una pelota de baloncesto. Juego a encestarla en mi papelera, el grado de mi aburrimiento es bastante alto, como se puede apreciar. Unos golpes a la puerta me hacen fijar la mirada en ésta. Mi madre asoma su cabeza y con una sonrisa pasa a mi habitación.
-¿Cómo estás, cariño?-Me dice mientras yo me acerco a ella.
-Muy bien-Le sonrío-¿Cómo ha sido? Ya sabes…
-Ale es muy especial, Justin. Vas a tener que saber cuidarla muy bien y hacerla olvidar todos sus demonios, porque su pasado la persigue y nadie mejor que tú sabe que el pasado siempre te persigue y está ahí, pero puedes superarlo, aún que ella no lo crea-Mi madre acarició mi mejilla y ahí comprendí.
-¿Sabes que ella-
-¿Qué está en la banda de papá?Sí, lo sé. Y no hace falta que te diga que los dos corréis peligro, sobre todo tú, Justin-Agaché la cabeza, sabía eso desde que me enteré de donde estaba Ale metida. Y ahora que toda su banda sabe quien soy, el peligro que corro es el doble.
-La quiero-Susurro. Mi madre me abraza y me da un beso en la mejilla.
-Vais a estar bien, ya lo verás-Dijo contra mi cuello. Rezo para que eso sea cierto.



A la mañana siguiente recibo un mensaje de Ale, quiere quedar conmigo en 15 minutos en el parque que hay en frente de nuestro colegio. No entendí la prisa, pero me arreglé y fui, sin pensarlo. Allí me la encontré sentada en un banco, con la cabeza agachada.

-Hola-Le dije. Ella levantó la mirada y me quedé asombrado. Sus ojos estaban inyectados en sangre, y dilatados. Sus ojeras decían que no había dormido en toda la noche, incluso durante más tiempo. Estaba pálida-¿Estás bien?
-Estoy…-Tragó saliva y cerró los ojos antes de volver a hablar-Bien.
-Ale-Me senté a su lado-¿Has estado bebiendo o tomando drogas?-Le dije volviéndola a mirar a los ojos. Ella me miró y sus ojos estaban cristalizados. Negó con la cabeza-Entonces dime qué está pasando.
-Ellos-Empezó-Quieren matarte. Tienes que irte-La voz le temblaba.
-¿Qué? ¿Por qué?-Dije con los ojos abiertos, no podía creerlo.
-Por tu padre. Te lo dije, no soy buena para ti. Tendrías que haberme hecho caso y haberte alejado de mí, joder-Espetó-Ellos quieren matarte.
-¡Esto es una puta mierda!-Chillé levantándome-¿Cómo puedes permitir que jueguen así con la vida de alguien? ¡Es la mía joder!
-¿Qué  cojones quieres que haga? ¿Te crees que puedo solucionarlo?-Gritó ella.
-Muy bien-Me volví a sentar e inspire profundamente-Voy a matar a ese cabrón antes de que él me mate a mí, eso es lo que haré-Tragué saliva.
-¿Qué? No puedes, Justin.
-¿Va a decirme lo que tengo que hacer ahora?-Le espeté y al segundo, me arrepentí. Ella se dio la vuelta y empezó a alejarse-Ale ¡espera!-La seguí y la cogí la mano.
-Suéltame por favor-Suplicó, estaba llorando-Dime ¿Qué hago yo? Dime que hago porque sé que esto es una mierda, y yo te he metido en ella. Ya sé que yo tengo la culpa de todo y que si te matan será todo mi culpa y que-
-Shh-No podía oír más ¿En serio ella creía todo eso? La abracé lo más fuerte que pude contra mi pecho y ella empezó a sollozar en él-Nada de esto es tu culpa, amor. Te quiero, y si no hubiera sido por ti, no sé que hubiera hecho.
-Mientes-Dijo en mi pecho.
-No miento. Eres una de las mejores cosas que tengo-La besé el pelo.
-¿De verdad?-Elevó la cabeza para encontrarse con mi mirada.
-De verdad-Sonreí, asentí y estampé mis labios contra los suyos-Vamos a superar esto.
-No vas a estar solo-Se separó de mí y yo fruncí el ceño-¿Crees que voy a dejarte solo en esto? Voy a ayudarte a matar a Héctor.
-No puedes, Ale. Irán tras de ti también entonces-Le acaricié la mejilla y metí un mechón de su castaño pelo detrás de su oreja.
-Justin voy a ayudarte quieras o no. Héctor me ha hecho de todo, y ni siquiera puedes pensar en todo lo que he pasado hasta armarme de valor para enfrentarme a él. Ahora podemos. Tú y yo.
-Tú y yo, siempre-La susurré muy cerca de sus labios.
-Siempre-Respondió ella y unió nuestros labios.


Alejandra.

Nos pasamos toda la semana preparándolo. Yo no dormí en casa, sino que dormí en la de Justin, con el permiso de su familia me dejaron quedarme unos días hasta que mi Padre de acogida “volviera de sus vaciones” era todo pura mentira, obviamente. Pero tenía tanto miedo de volver a la casa que preferimos mentir al respecto. Cuando terminé de vestirme para bajar a desayunar unas manos se posaron en mi cintura, haciéndome sonreír.
-Buenos días-Susurró en mi cuello.
-Buenos días-Me giré y le di un pequeño beso en los labios.
-¿Has dormido bien?-Justin arqueó las cejas.
-Bueno-Me encogí de hombros-Tu familia volvió tarde anoche y un señorito no me dejó dormir mucho, la verdad-Dije poniendo los brazos en jarras.
-¿Ah sí? ¿Y qué hicisteis? ¿Jugasteis a el ajedrez?-Su tono era divertido y pícaro a la vez, me encantaba el Justin divertido y sexy.
-Sí, al ajedrez-Me eché a reír y le di un manotazo en el pecho para apartarle y así poder seguir haciendo la cama.
-Adivina qué-Dijo sentándose en la mesa del escritorio. Para qué estarán las sillas ¿Verdad?
-¿Qué?-Le miré, elevando una ceja.
-Me han mandado una carta de la universidad de California, la que solicité beca de fútbol-Dijo quitándole importancia elevando una mano.
-¿Qué?-Me acerqué hasta apoyar mis manos en sus muslos-¿Te han cogido?-Miró a su lado y había un gran sobre blanco encima del escritorio-Ábrelo, ¡Vamos!
-No sé… es que…-Se mordió el labio.
-Vamos Justin-Cogí el sobre y se lo puse en las manos-Ábrelo.
Él me dio una mirada más, estaba aterrado. Comenzó a abrir el sobre lentamente, tanto, que hice un sonido imitando a un ronquido para indicarle que me estaba durmiendo. Él carcajeó y por fin lo abrió. Había un montón de papeles ahí metidos, dios. Empezó a leer el primero, y después me miró. Una sonrisa tiró de sus labios.
-¿Qué? ¡Di!-Le dije.
-Me han aceptado. Me han concedido la beca de Fútbol-Dijo como si casi ni se lo creyera.
-Eso es increíble, enhorabuena-Le dije besándole. A pesar de la sonrisa que tenía en mi rostro y que no podía dejar de enseñar ni disimular, un vacío empezó a instalarse dentro de mí. Justin se iría a California en otoño y yo… seguiré estancada aquí.

Esa misma noche, nos encaminamos hacia el almacén, no sin antes haber hablado con Ryan. De acuerdo, no quería meterle a él en esto, pero no dejaba de decir que esto cambiaría mi vida, y que sería un buen pase para despedirme de todo esto, y que si era para eso, él haría lo imposible. A estas horas sólo están Héctor y Frank en el almacén.

-Entraré yo solo-Dijo Justin cuando estábamos en la puerta trasera.
-Justin, pueden matarte-Le cogí la mano.
-Nena no pasará nada, lo prometo-Me besó la frente y yo asentí. Él entró.

Justin.

Avancé por los pasillos sin ningún problema, ya que sabíamos que a esta hora solo estarían Frank y Héctor haciendo contabilidad y era más fácil. Me pegué a la pared cuando llegué a la habitación de donde provenían sus voces. Iba a hacerlo por mi padre, por todo lo que le ha hecho a Ale. Ese cabrón iba a pagar todas y cada una de las cosas que había hecho.

-Te estábamos esperando-Alguien me tocó el hombro con fuerza y lo último que recuerdo fue la cara de aquel cabrón riéndose.

(…)


Abro los ojos lentamente, los párpados me pesan más de lo que deberían, pero aún así mantengo los ojos abiertos. Un baño de agua fría cubre mi rostro ahora.
-Despierta, princesita-Dice alguien detrás de mí. Intento girarme pero no tardo en darme cuenta de que estoy atado a una silla de pies y manos.
-¿Qué estás haciendo?-Digo mirándole.
-Qué estabas haciendo tú, jovencito. No deberías jugar con fuego, acabas quemándote.
-Vas a pagar por todas las cosas que has hecho Héctor-Le espeté.
-A mí me parece que el que va a morir hoy aquí eres tú-Su cara se acerca demasiado a la mía-O puede que ella-Señala a una esquina de la húmeda habitación y veo a Ale amarrada como yo, pero ella tiene una cinta de esparadrapo en la boca.
-Mierda Héctor ¡Suéltala! Voy a matarte, joder-Le grito.
-Bieber, mira a tu alrededor y date cuenta quién es el que está atado y jodido hasta más no poder. Ese eres tú, y vas a acabar como tu padre, amigo mío.
-No te atrevas a mencionarle hijo de puta…-Le espeté.
-¿Qué vas a hacerme?-Carcajeó y yo le escupí en toda su cara-Te estás cavando tu propia tumba, espero que sepas eso Bieber-No me da tiempo a reaccionar cuando siento un puñetazo en mi boca. Maldigo en voz baja y escupo al suelo-¿Qué dices ahora, Bieber?-Una patada en mi pecho hace que mi ira se descontrole por todo mi cuerpo.
-Desátame y vamos a ver quién es el hombre aquí, capullo-Le digo. Pero solo me gano una carcajada y otro puñetazo en mi cara de su parte.
-Calla, no te conviene hablar ahora. Pensaba que lo sabrías-Dice-Si quieres que tu querida novia siga con vida-Desvío la mirada a Ale. Tiene los ojos rojos y sé que ha estado llorando, me mira aterrada y niega con la cabeza. “Te quiero” La digo en un susurro y ella hace una mueca.
-Ni se te ocurra tocarla. Además-Sigo-Mi padre era un traidor por no poner la banda antes que a nosotros, pero, tú vas a matar a alguien de tu familia ¿Eso no es deshonra?
-No, si la zorra de la chica nos ha traicionado liándose contigo-Otra patada más. No puedo más, no estoy preparado para esto. Me retuerzo de dolor mientras él ríe.
-No la insultes…-Susurro.
-Te repito que no puedes hacer nada para detenerme.
-Desátame y vamos a ver-Le espetó una vez más. Esta vez parece pensarlo.

Para saber que has leído el capítulo, ¿Puedes darle RT Aquí , por favor?

Hooooooooolap. Bueno, ya estoy aquí de nuevo. Y vengo con una pequeña noticia. El final de esta novela está llegando y la razón por la que no la he alargado es básicamente que, no tengo lectores y los que tengo (casi todos menos mi mami psicopata de ask y alguna más) son como fantasmas so...
Espero que disfrutéis este capítulo y volveré pronto <33 

Sonríe a la vida.

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